Consejos para ahorrar energía en tu frigorífico congelador

El frigorífico congelador es el electrodoméstico que más trabaja en casa. Al estar funcionando todo el tiempo, puede suponer una gran parte de la factura energética. Así que es mejor asegurarte sea lo más eficiente posible desde el punto de vista energético para beneficiar tanto al medio ambiente como a tu bolsillo. La buena noticia es que es sencillo y fácil de hacer. En este artículo, te enseñaremos cómo ahorrar energía en el uso de tu nevera y congelador, lo que te ayudará a ahorrar también en las facturas del hogar.

 

Primer consejo: dónde instalar el frigorífico congelador

Primero, la instalación. Debes asegurarte de que tu electrodoméstico está colocado en una habitación fresca y seca con una ventilación adecuada. Procura que no esté expuesto a la luz directa del sol y que no esté cerca de una fuente directa de calor, como un radiador o un horno.

La exposición al calor hará que el compresor tenga que trabajar más para mantener la nevera a la temperatura adecuada, lo que supone un mayor consumo de energía y una reducción de la vida útil del aparato.

 

Segundo consejo: asegúrate de que hay espacio detrás

También debes asegurarte de que hay espacio a la derecha, a la izquierda, en la parte posterior y en la parte superior de tu refrigerador cuando lo instales. Asegúrate de que hay suficiente salida de aire en la base del mismo y en la pared posterior. Además, comprueba que no hay conductos de ventilación o rejillas bloqueadas. Sin este espacio de aire, tu electrodoméstico no podrá liberar el calor del compresor, lo que significa que se calentará y tendrá que trabajar más para conservar tus alimentos de manera segura.

Ahora que el aparato está instalado y ubicado correctamente, hablaremos de cómo puedes mantenerlo y seguir ahorrando energía.

 

Tercer consejo: limpieza dentro y alrededor del aparato

Deberás asegurarte de que la parte trasera de tu nevera se limpia regularmente. La acumulación de polvo y residuos aumenta el consumo de energía. Mantén libres de polvo las bobinas del condensador en la parte posterior o inferior de tu frigorífico congelador. Puedes hacerlo con un cepillo de cerdas o, mejor aún, con un aspirador de mano. Las bobinas polvorientas tienen que trabajar más, lo que aumenta el consumo de energía y hace que su electrodoméstico corra el riesgo de sufrir posibles fallos en el futuro.

 

Cuarto consejo: garantizar la temperatura correcta

Lo siguiente es la temperatura. Debes asegurarte de que tu frigorífico y tu congelador están a la temperatura adecuada para ahorrar energía. Para conseguir la máxima eficiencia, ajusta el frigorífico a 5°C y el congelador a -18°C. Si el aparato no ofrece lecturas exactas de los grados, suele bastar con ajustar la unidad al punto medio del dial de temperatura.

Como regla general, por cada grado adicional de potencia de refrigeración, se consume aproximadamente un seis por ciento más de electricidad. Un ajuste preciso de la temperatura puede suponer un ahorro directo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando se cambia a un nuevo nivel de temperatura, puede tardar hasta 24 horas en surtir efecto. Pero empezarás a notar que el consumo energético disminuye cuando recibas la siguiente factura.

Así que, ahora que tu nevera está en el lugar correcto y ajustado a la temperatura adecuada, lo siguiente es cómo utilizar tu aparato de forma eficiente.

 

Consejo cinco: juntas de las puertas

Vigila las juntas de las puertas. Una junta de puerta ineficaz permitirá que el aire se escape. Esto significa que tu refrigerador tendrá que utilizar más energía para mantener tus alimentos fríos. Comprueba si la junta está desgastada o dañada y sustitúyela si es necesario.

Una buena forma de comprobarlo es con un billete. Coloca el billete entre la junta de la puerta y el frigorífico. Si se cae o se mueve, la junta de la puerta está defectuosa y hay que cambiarla.

 

Consejo seis: asegúrate de que las puertas estén cerradas siempre que sea posible

Otra forma de ahorrar energía con las puertas, es mantenerlas cerradas lo más posible. Simple pero importante. Dejar las puertas abiertas permitirá que el aire se escape y, de nuevo, hará que tu frigorífico trabaje más. Cuando abras la puerta para sacar algo, asegúrate de cerrarla enseguida.

 

Séptimo consejo: descongelar el frigorífico congelador

También debes asegurarte de reducir regularmente la acumulación de escarcha. Una cantidad excesiva puede acumularse en los serpentines del interior de tu frigorífico congelador y obligarlo a trabajar más de la cuenta. Esto también puede dificultar que el aparato mantenga temperaturas más bajas.

Si tu frigorífico requiere una descongelación manual, asegúrate de hacerla cada 6 meses o cada vez que notes la acumulación de escarcha. Si no estás seguro de cómo descongelar tu nevera correctamente, echa un vistazo a nuestro artículo de consejos aquí.

 

Octavo consejo: almacenar los alimentos correctamente

Último consejo, cuando guardes los alimentos cocinados para consumirlos más tarde, asegúrate de que se han enfriado antes. De este modo, se reduce la cantidad de calor que se añade al interior de tu frigorífico congelador. También deberías guardar las sobras en un tupperware o en un envoltorio protector para evitar que el calor se escape al interior de tu electrodoméstico.

 

Sigue estos sencillos pasos para que tu frigorífico sea lo más eficiente posible desde el punto de vista energético. Esto prolongará la vida útil de tu electrodoméstico, ayudará a proteger el medio ambiente y te permitirá ahorrar dinero.

Para obtener más consejos y sugerencias sobre los electrodomésticos, echa un vistazo a nuestro Centro de Consejos o suscríbete a nuestro canal de YouTube  para ver una amplia gama de vídeos que te ayudarán a realizar el mantenimiento, a diagnosticar problemas y a repararlos tú mismo.

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